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Martinica, tras las huellas de la antillanidad

Martinica, uno de los departamentos de ultramar de Francia en el Caribe insular ha sido narrada, imaginada y creada a través de la mirada literaria de uno de sus escritores más prolíficos: Édouard Glissant (1928-2011). El llamado Padre de la Antillanidad construye, a partir de elementos etnográficos, geográficos, históricos y lingüísticos una propuesta de interpretación para el Caribe insular, y al mismo tiempo edifica un universo literario que plasma las huellas de las culturas sociales.

Este libro presenta la naturaleza martiniqueña como el elemento que marca la ruta de su primera novela: La Lézarde (1958). Las manifestaciones de las culturas populares de esta isla, tales como los entierros y el carnaval con su ritualidad, lenguaje y gestualidad son los derroteros que aborda en su segunda novela: Malemort (1975). Los procesos psico-sociales de los personajes glissantianos en La Case du Commandeur (1981), en cambio, nos introducen al complejo mundo de una sociedad como la martiniqueña, donde las tensiones entre oralidad y escritura, entre créole y francés, entre pasado y presente y entre asimilación e independencia cultural caracteriza estos vigorosos espacios poéticos de historia que son las novelas de Édouard Glissant.


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